MONSIEUR PERINÉ
DE LAS COSAS QUE SOÑABAN CUANDO ERAN NIÑOS…
Por: Lapislázuli Periódico [Martha Yaneth Ruiz, Esmeralda Zabala y Alejandro Jiménez Schroeder]
Era el mes de marzo, una noche de toque en la Puerta Grande, cuando nos reunimos con los integrantes de Monsieur Periné para conversar en torno a sus sueños, su infancia y sus mundos.
Ellos son Jóvenes colombianos pioneros en el trópico en la interpretación del Jazz Manouche.
Charlando con ellos descubrimos sus sueños de vida, su evolución y expectativas; también tuvimos la ocasión de ver más allá de su faceta de artistas, a los seres humanos con anhelos, experiencias, llenos de ideas y de gran entusiasmo por hacer lo que más les gusta: MÚSICA.
Lapislázuli Periódico: ¿Cómo fue su primer acercamiento a la música?
Miguel Guerra: (Percusión) Yo empecé a tocar el tambor a los 5 ó 6 años. Toda la vida tuve una relación muy cercana con la música, sobre todo con el folclor de la Costa Atlántica porque mi familia es de ahí. Lucho Bermudez, mi papá y mis tíos son también músicos. Por esa razón empecé a tocar y fui desarrollando mis aptitudes mientras me enseñaban. Después, fue más por mi iniciativa, aunque siempre con la compañía de mis maestros, Emiro y Jairo Guerra, mi papá y mi tío .
Nicolás Junco: (Guitarra – cuerdas) Yo comencé a los diez años cuando me metieron a unas clases de guitarra. Mi familia no tiene nada que ver con la música, ninguno es de profesión músico, ni es artista como tal. La realidad es que comencé por las clases que tomé de pequeño. Allí me empezó a gustar, paré un tiempo, y luego volví a estar en la academia Piccoli, que queda cerca de mi casa. Fue ahí donde encontré a Santiago (se refiere a Santiago Prieto, guitarrista de la banda) y a partir de ahí comenzamos a trabajar. 
Camilo Parra: (Flauta) Me pasa lo mismo que Nico: en mi familia no hay ni hubo músicos, así que no hay anécdotas por ningún lado. También mi papá me metió de chiquito a las clases de violín que ofrecía el colegio, pero yo detestaba el violín. Sin embargo, me tocaba ir obligadamente a unas clases y supongo que eso me permitió afinar un poco el oído… se acabaron por fin. Yo era un niño común y corriente pero… recuerdo que en quinto de primaria nos daban clase de flauta dulce y por alguna extraña razón me iba bien; pero yo era muy de seguir las modas (y la flauta no era una moda) a nadie le gustaba la flauta… Era muy bueno al tocar, pero no me interesaba nada.
Esa curiosidad estuvo latente pero no la tenía consciente. Más adelante, ya en bachillerato, un día bajé una guitarra que desde siempre estuvo colgada en mi cuarto… no sé por qué no se me ocurrió bajarla antes para tocarla. Allí llegó mi papá con un buen libro de música; él se puso a tocar y a cantar. Me pareció increíble... y desde ahí empezó una tradición musical de los dos cantando canciones viejitas. Luego, entro profesionalmente a la música con la flauta por un capricho de una ex novia que tuve en el colegio. Entonces, volvió a aparecer lo que había hecho con la flauta de chiquito: fue lo más hermoso, trágico y chévere del mundo; y finalmente, cuando ingreso a Monsieur Periné se abren las posibilidades y me doy cuenta que mis manos tienen disposición para varios instrumentos… y ahí voy.Miguel: Desde chiquito siempre quise ser músico, soñaba tocar en conciertos, además iba a ellos. Pues fue… mi sueño hecho realidad. (Risas)
Nicolás: Desde chiquito nunca sabía qué iba a hacer, no tenía una ruta firme, pero a finales del colegio debía decidir entre la música y la biología, que me gustaba mucho, pero ya estaba metido en el cuento de la música instrumental; más que todo me gustaba ese virtuosismo… y finalmente terminé en la música.
Nicolás: Desde chiquito nunca sabía qué iba a hacer, no tenía una ruta firme, pero a finales del colegio debía decidir entre la música y la biología, que me gustaba mucho, pero ya estaba metido en el cuento de la música instrumental; más que todo me gustaba ese virtuosismo… y finalmente terminé en la música.
Camilo: ¿Mi sueño de pequeño? … No era la música seguramente… Una vez fuimos a Maloka cuando recién la estrenaron y mostraron esa primera película “Realidad virtual”; quedé absolutamente impactado con esa vaina. Dije: “voy a hacer realidad virtual en mi vida, diseñar modelos de alambre y cables…” Creo que eso era lo que yo quería hacer cuando fuera grande.
Lapislázuli: Independientemente de la música, ¿cómo ven que han evolucionado los sueños que tenían desde pequeños hasta ahora? ¿cómo han cambiado sus sueños y su manera de ver el mundo?
Miguel: en cuanto a la profesión no ha cambiado mi sueño. Si han cambiado las cosas que uno se va dando cuenta cuando empieza a desarrollar la carrera, lo que uno vive y lo que uno quiere ser y hacer, en mi caso con la música, el sueño que ya no es mi sueño sino mi vida, hacia dónde quiero construir mi sueño que es mi carrera.
Nicolás: lo que ha cambiado es que antes uno veía muy lejos las cosas, lo veía utópico. Ahora son más tangibles, ya hay muchas puertas abiertas y uno sólo tiene que organizarse. Por ejemplo, la banda ya tiene muchos seguidores y uno puede mandar mensajes de distintas maneras. Mi forma de ver los sueños es para ayudar al mundo, mejorar el medio ambiente, cómo cambiar, ya se puede hacer. Antes era una rutina donde no pasaba nada… Ahora la gente empieza a responder, pone mensajes y en los conciertos empiezan a cantar y ya saben toda la canción…
Camilo: creo que los sueños van cambiando por etapas en la vida, cada dos o tres años, porque uno va generando maneras de pensar nuevas… Pero recuerdo que cuando tenía 18 ó 19 años, empezando con la flauta, mi sueño era tener una banda que tocara en los bares de Bogotá. Veía un cartel de “La hamburguesería” con las bandas y decía: “qué chimba tener una banda que toque ahí”. Después tuve una banda y fue un sueño que se cumplió de cierta manera. Hasta ahora no he tenido los sueños y los anhelos de “es la hora de ser como Shakira”, o muchas cosas grandes. Lo que está pasando con la banda es que se van abriendo horizontes nuevos. No era mi sueño "viajar con una banda por el mundo”; obviamente sí... pero uno lo veía tan lejos que ni siquiera se convertía en sueño. De cierta manera, eran cosas que anhelaba profundamente pero no era algo consciente. ¿Cómo no estar absolutamente encantado de la vida con lo que está pasando?
Otro que si me parece un sueño es ver cómo la música que estamos haciendo está cambiando el ánimo de la gente a diario, en el trabajo, en la calle… las cosas que han escrito por Facebook tratan de cómo hemos puesto nuestro granito de arena, que hemos hecho algo importante por otra persona, eso es algo muy chévere. Recuerdo que hace poco una amiga enfermera me contó sobre un niño de tres años que tenía cáncer; el niño murió hace poco y antes de morir lo único que decía era que le pusieran “La tienda de sombreros”; él tenía una flauta agarrada en la mano y quería ser flautista… eso me pareció muy bonito. Eso es algo grande, pero que alguien se tome el trabajo de escribir en Facebook: “hey, me cambian el día oyendo su música”. Son cosas que uno no había pensado pero… ¿cómo no van a ser sueños cumplidos?, lo llenan a uno… cosas muy bonitas… vale mucho la pena lo que está pasando.
Lapislázuli: ¿Quiénes o qué experiencias los han hecho soñar o despertar?
Miguel: Viajar siempre fue mi sueño; siempre me ha parecido lo máximo conocer el mundo y tener la oportunidad de hacerlo con la música. Le abre mucho la mente a uno.Nicolás: lo que más me inspira es ver a los grandes maestros interpretar sus instrumentos; uno dice: “¡Uy!, yo tengo que lograr ese nivel”, entonces uno se pone a estudiar. Eso es lo que me hace soñar.
Camilo: enamorarse es algo que abre los ojos durísimo. Me ha pasado dos veces… la primera vez uno se enamora y sufre…. Creo que tanto enamorarse como desenamorarse son de las experiencias que más hacen madurar en la vida. Como esta es la segunda vez que estoy enamorado no sé que es desenamorarse por segunda vez… Otra experiencia que me hizo abrir los ojos fue cuando me metí con una vieja grande en Santa Marta; en ese entonces tenía como 15 años y por toda la desinformación y los tabúes que hay alrededor del tema, creí que tenía sida -por unas cositas rojas que me salieron-... creo que esa fue una experiencia cercana a la muerte. (Risas).
Lapislázuli: Como grupo, ¿qué los ha marcado positiva y negativamente?
Camilo: positivo, todo. Negativo, nuestro desorden y nuestra incomunicación.
Nicolás: en las bandas ocurre mucho que como uno está tanto tiempo juntos, empieza a haber peleas y ese tipo de cosas… la comunicación de alguna manera se afecta un poco.
Lapislázuli: ¿Profesionalmente, hacen otras cosas?
Nicolás: en las bandas ocurre mucho que como uno está tanto tiempo juntos, empieza a haber peleas y ese tipo de cosas… la comunicación de alguna manera se afecta un poco.
Miguel: yo formo parte de otro grupo que se llama La 33.
Nicolás: doy clases de guitarra en una academia llamada Música académica Piccolo.
Camilo: profesionalmente… doy clases de ortografía por Facebook … (Risas)
Lapislázuli: ¿es en serio?
Nicolás: doy clases de guitarra en una academia llamada Música académica Piccolo.
Camilo: profesionalmente… doy clases de ortografía por Facebook … (Risas)
Camilo: no, pero soy muy obsesivo con la ortografía; me he ganado varios problemas con eso…
Lapislázuli: ¿Cómo se definió la propuesta artística del grupo?
Nicolás: yo tocaba con Camilo en otra banda llamada Bao bao, estoy hablando de los inicios. En la academia donde doy clases conocí a Santiago, que es el otro guitarrista. Un tiempo después de tocar con Camilo y con Santiago para la academia, Santiago me mostró el género del jazz manouche que encontró por Internet. Empezamos a interpretar, a aprendernos ese género y teníamos la intención que Camilo se involucrara también a tocar jazz.
(Continúa) Camilo: hicimos un paseo a Villa de Leyva con la otra banda. Catalina era la novia del baterista, con quien compuse una canción. Ahí nos dimos cuenta que ella cantaba y que todos tocábamos y teníamos gustos parecidos. Resultó que Catalina cantaba tremendo! la cantó tanto que nos aburrimos de esa canción… pero fue bonito. En Bogotá empezamos a tocar y ensayar en el apartamento de Catalina. Luego vino el concurso de la "Alianza Francesa de jóvenes talentos", eso nos impulsó a buscar un contrabajista, lo encontramos, ganamos el concurso y ahí vimos la reacción del público en ese auditorio que estaba absolutamente lleno. Dijimos: “¡el gipsy jazz está matando!"; ya teníamos algunas ideítas, tocábamos boleros, bossa nova, un poco de son cubano. Pero luego nos dimos cuenta que al fusionar lo latino con este gipsy había tramado un montón… porque la flauta es el único instrumento que no es de gipsy jazz, pero quedaba muy bien. Ahí nació la idea de lo latino. Hice los arreglos para flauta en la canción “Las teclas de Benville“, al final venía una descarga latina. Ese fue nuestro primer intento de acercar Europa y Latinoamérica en esa canción, y nos gustó. Por la reacción del público supimos que eso era un hit. Siempre hemos intentado hacer las cosas mezcladas…
Lapislázuli: ¿en qué momento llega Miguel?
Miguel: en el 2010 conocí a Catalina y Santiago en un concierto de "Salsa al Parque" a través de una amiga. Santiago me dijo que buscaban un percusionista: “tenemos una banda que es una mezcla de todo pero no tenemos claro hacia donde va… estamos entre lo latino y lo electro”… (Continúa) Camilo: hubo una época en que… el grupo de electro zoom francés nos ayudó… vimos que había que hacer nuestra versión, con nuestra música. Nació la primera canción, fue un intento por acercarla al electro zoom, llamamos a un tipo que hacía visión en computador para que hiciera un chispum chispum … en eso estuvo unos meses, pero luego nos inclinamos por el sonido acústico y fue donde buscamos a Miguel en la percusión…
Lapislázuli: ¿Cómo llegaron entonces al jazz manouche?
Miguel: en el 2010 conocí a Catalina y Santiago en un concierto de "Salsa al Parque" a través de una amiga. Santiago me dijo que buscaban un percusionista: “tenemos una banda que es una mezcla de todo pero no tenemos claro hacia donde va… estamos entre lo latino y lo electro”… (Continúa) Camilo: hubo una época en que… el grupo de electro zoom francés nos ayudó… vimos que había que hacer nuestra versión, con nuestra música. Nació la primera canción, fue un intento por acercarla al electro zoom, llamamos a un tipo que hacía visión en computador para que hiciera un chispum chispum … en eso estuvo unos meses, pero luego nos inclinamos por el sonido acústico y fue donde buscamos a Miguel en la percusión…
Camilo: fue al principio, ya para el premio de la Alianza tocábamos jazz manouche. Llegó por pura suerte! Santiago estaba buscando música y encontró a Mariano Swing que es el himno del jazz manouche, le pareció chévere y nos lo mostró… (Sigue) Nicolás: Falta el ingreso de los demás… El primer contrabajista (2007) fue Felipe Gómez con quien ganamos el premio de la Alianza. él se fue a vivir a Medellín y entró David González, con él estuvimos hasta cuando se fue para Barcelona.
(Interviene) Miguel: yo entré en 2010 y Daniel entró para el Stereo Picnic del año pasado. Cuando ganamos el Stereo Picnic era muy acústico y quien tocaba la batería era yo, pero como yo no soy baterista, todo el tiempo decía: “consigamos un baterista que hace falta, yo toco percusión”… entonces hice un set de percusión, batería con cajón, tambor alegre, bongo y de todo... Ahí nos ganamos el premio de Redbull el ensayadero, conmigo en la batería. Vimos que ya había un sonido, pero hacía falta fuerza, que sonara más fiestero… fue entonces cuando llegó Dani, un mes antes del Stereo Picnic. En esa época se definió el sonido de la banda como tal; no la propuesta, ni el género musical, pero si el sonio y yo me pasé ahí totalmente a la percusión latina.
Lapislázuli: Quitando el sentido auditivo, ¿cómo sienten el jazz manouche?, ¿a qué huele, a qué sabe, cómo lo sienten?
(Interviene) Miguel: yo entré en 2010 y Daniel entró para el Stereo Picnic del año pasado. Cuando ganamos el Stereo Picnic era muy acústico y quien tocaba la batería era yo, pero como yo no soy baterista, todo el tiempo decía: “consigamos un baterista que hace falta, yo toco percusión”… entonces hice un set de percusión, batería con cajón, tambor alegre, bongo y de todo... Ahí nos ganamos el premio de Redbull el ensayadero, conmigo en la batería. Vimos que ya había un sonido, pero hacía falta fuerza, que sonara más fiestero… fue entonces cuando llegó Dani, un mes antes del Stereo Picnic. En esa época se definió el sonido de la banda como tal; no la propuesta, ni el género musical, pero si el sonio y yo me pasé ahí totalmente a la percusión latina.
Miguel: es un grupo que me inspira a bailar, pienso que es otro sentido. Visualmente es como una sopa mezclada de muchos sabores del mundo… Cuando me dicen el término jazz manouche pienso en queso, y olor a sancocho, tal vez también me huele a vino, quizá por Francia. Camilo: para mí visualmente el jazz manouche es simplemente como Francia y Estados Unidos viejitos... Las orquestas dizzy land traducidas a un formato. El jazz manouche también tiene el lado triste, no sólo el lado alegre de estas orquestas, pero… se me haría muy triste responder sólo eso porque el jazz manouche es mi vida, el género que me abrió la cabeza a darme cuenta de que yo era compositor… nunca pensé componer canciones y este género sacó muchas cosas mías. Olor: lo mismo de la comida, algo elegante.
Nicolás: yo pienso en algo elegante, en caviar. Visualmente, veo una de esas caravanas viejas y dos manos tocando al mismo tiempo (hace el ademán de tocar instrumentos de cuerdas).
Nicolás: como Catalina estudió en colegio francés, comenzó la idea de cantar en francés. Camilo: ella compuso la primera canción del grupo con letra en Francés. Las letras, melodía y bastante de los arreglos, la componemos entre Catalina, Santiago y yo. Pero cada uno en su instrumento aporta arreglos… La otra manera es que cada uno se encierra en su casa, compone su canción y entre todos la ensamblamos. Yo creo que todos estamos muy felices con cada una de las canciones que hemos compuesto.
Camilo: tenemos gente que nos ayuda a todo. En el vestuario está Alejandra Rivas, ella definió la paleta de colores y cosas que nos gustan. Eso se aterriza en el disco. José y Camilo son los diseñadores de la carátula, elaboran los flyers… El disco se ha demorado porque el grupo ha sido desordenado; estudiamos en universidades o trabajamos, ha sido muy difícil tener el tiempo de decidir con calma y hacer las cosas bien. El disco se ha pospuesto cada vez más, pero creo que ha sido realmente una ventaja, porque la gente, con la espera, ha generado un bombo y cuando salga va a reventar. El disco va a salir muy maduro.
Nicolás: fue más que todo Catalina; su influencia. Los músicos tienden a pensar en lo auditivo, en que suene perfecto y ya. Ella quiere que se vea un show, un espectáculo, por eso comenzó a molestar con las pintas. Llegó Alejandra y creó la imagen con la idea que el concepto debe ir ligado a que se vea bien.
Camilo: Desde nuestra primera presentación en un café nos pintamos los bigotes. Tratábamos siempre de ir vestidos de alguna manera… eso le dio muchas ideas a Catalina, ella se arregla muy bien. Empezamos a pensar en el estilo; no tenemos que vestir elegantes porque no sólo estamos haciendo música francesa, entonces: ¡metámosle colores a la pinta! Dimos con Alejandra Rivas, ¡Alejandra es una dura! Le comentamos cómo era la música y lo que pensamos, hizo los talleres y de ahí salió una gama de colores que se refiere más a Latinoamérica.
Lapislázuli: Como grupo e individualmente: ¿cómo se ven a futuro?
Nicolás: me imagino como un viejito todo panzón, fumando pipa, tomando whisky y riéndome con Camilo, dónde sea, después de haber viajado por muchas partes, viendo un montón de discos de Monsieur Periné regados por ahí. Toda la historia se ve reflejada en los discos. Me imagino diciéndole: “ah, se acuerda…” (Risas)
Camilo: Siempre que voy a tener algo chévere, no me lo creo, o no creo que vaya a pasar... Por lo que deduzco racionalmente, lo que va a pasar es viajar, viajar bastante y espero con eso hacer un capital para vivir de la música… Porque tengo muchas ideas no sólo con Monsieur Periné, sino para hacer mas cosas con la música, que seguramente teniendo los medios las puedo llevar a cabo. No me visualizo tanto teniendo una posición o haciendo algo. Por la influencia de mi mamá, me imagino estando tranquilo… feliz. Sea lo que me toque, espero estar feliz, tranquilo… riéndome con Junkie (Nicolás).
Lapislázuli: ¿Conocen de otras bandas que hayan dado los primeros pasos del jazz manouche en Colombia o en Latinoamérica?
Nicolás: la guitarra que yo tengo era de otro guitarrista que tocaba al estilo jazz manouche de acá. A él lo conocí a través de Santiago y tocábamos esporádicamente. El trío se llamaba Mompatante pero se disolvió; eran filósofos y se fueron a estudiar a otras partes. Había otro grupo llamado Fox Trío; era un francés, un colombiano y un boliviano.
Camilo: hay un grupo en Perú que se llama "La gran reunión"; son bastante famosos, mezclan la música de allá con diversos sonidos; tienen algo que ver con el jazz manouche. De resto… si, somos los pioneros de este género.
Lapislázuli: ¿Qué mensaje tienen para los lectores de Lapislázuli?
Camilo: hay un grupo en Perú que se llama "La gran reunión"; son bastante famosos, mezclan la música de allá con diversos sonidos; tienen algo que ver con el jazz manouche. De resto… si, somos los pioneros de este género. Camilo: a todos los que tengan que ver con Lapislázuli les diría que Monsieur Periné está abierto a todo lo que nos puedan aportar, creo que nosotros somos bastante jóvenes y necesitamos apoyo de todo lado, ideas nuevas. Eso es lo que más me interesa recibir de la gente; no sólo darles músicas, sino que haya algún tipo de interacción donde nosotros podamos hacer llegar mensajes a algún lado como los que proponía Junkie.Nicolás: que disfruten la música en general, sean curiosos y nos sigan apoyando, también chévere que haya esa retroalimentación.
