La polémica de la inteligencia artificial en la animación: Miyazaki y su defensa del arte humano

En un mundo donde la inteligencia artificial (IA) está cada vez más presente en diversas áreas, el director japonés Hayao Miyazaki ha dejado claro su rechazo a su uso en la creación de animaciones. Para Miyazaki, la animación generada por IA no solo carece de alma, sino que también plantea un dilema ético de gran importancia: la incapacidad de la inteligencia artificial para comprender la experiencia humana.

Miyazaki no considera que el problema de la IA en la animación sea técnico ni estético, sino ético. Según él, la inteligencia artificial no tiene la capacidad de experimentar emociones reales, y por lo tanto no puede crear imágenes que transmitan el alma humana que da vida a una obra de arte. En palabras del propio director, «Jamás querría incorporar esta tecnología a mi trabajo». Esta declaración no es un fenómeno reciente, sino que viene de una postura que Miyazaki ha defendido desde 1985, cuando comenzó a ver la animación como un proceso que requiere un trazo humano, una manifestación tangible del pensamiento y la intención del artista.

Para Miyazaki, cada fotograma de una animación debe contener algo más que una simple imagen; debe reflejar una intención, una historia, un sentimiento, incluso un sufrimiento humano. «Crear sin comprender el sufrimiento», afirma, «convierte toda imagen en un cascarón vacío». Así, para el director japonés, la autenticidad de la animación radica en el proceso manual y consciente de su creación, en un acto que conecta al artista con su obra y con el público de manera profunda.

Este rechazo a la IA en la animación no es único de Miyazaki. A lo largo de los años, muchos otros artistas, cineastas y creadores han expresado preocupaciones similares sobre la capacidad de la inteligencia artificial para sustituir la esencia humana en el arte. Aunque la tecnología ha avanzado enormemente y es capaz de producir imágenes impresionantes, la pregunta sigue siendo la misma: ¿puede una máquina capturar la complejidad emocional y la sutileza que caracteriza la experiencia humana?

Por otro lado, la IA ha permitido que muchos se adentren en la creación artística de manera más accesible, democratizando el proceso de producción visual y ofreciendo nuevas posibilidades en la industria. Sin embargo, el debate continúa, y la postura de Miyazaki resalta una cuestión central: ¿debe la tecnología cambiar la forma en que entendemos y creamos arte, o debemos preservarlo como una actividad profundamente humana?

En este sentido, la polémica sobre la inteligencia artificial en el arte no solo es técnica, sino también filosófica y ética. Mientras que algunos celebran el potencial de la IA para transformar la industria, otros, como Miyazaki, abogan por la preservación del toque humano, ese que, según él, es irremplazable y esencial para crear obras verdaderamente significativas.

Loading

Editor FUNLAZULI

Entrada siguiente

Beca comunicación comunitaria 2025: impulso a los procesos sociales y culturales de Bogotá

Vie Abr 4 , 2025
  Bogotá, [04/04/2025] – Con el objetivo de promover la […]

Puede que te guste