EL GATO PARACO
Por: Carlos Verona
Pachín dijo a su mamá:
«Voy a volverme Paraco,
Y el que a impedirlo se meta
En el nombre de Uribe lo mato.
Ya le he robado a un campesino
Tierra y enseres; ya estoy
Armado y listo; y me voy
A robar y matar gente,
Y todo aquel que delitos denuncie
Asesinara Pachín desde hoy».
Yéndose al monte, encontró
A un joven por el camino,
Y dijo: «A ver qué tal tino
Para matar tengo yo».
Puesto en facha disparó,
Retumbando el monte al estallo,
Pachín matase a tiros aquel muchacho
Y uniforme camuflado verde – amarillo;
Vistió de carrera botas truncadas,
Acusando la victima de guerrillo.
Luego a saquear se encarama,
Tentado de robar Transmilenio,
El nido de Peñalosa la rata
Que en furia al verlo se inflama.
! Inversionistas, solo aquí atracan ¡
Vuelan chambergo y puñal,
Y al son de silba infernal
Que taladra los oídos
Cae dando vueltas y aullidos
El alcalde criminal.
Repuesto de su osadía ve otro paraco,
Y da el asalto
« ¡Tocayito, haga usted alto!
¡Deme la tierra o la vida!»
El otro no se intimida
Y antes grita: « ¡Alto el ladrón!»
Tira el pillo, hace explosión
La motosierra a los aires,
Y casi se desbarata
Pachín de la contusión.
Topando armado otro día
A un senador, gran bandolero,
Se le acercó el marrullero
Con cariño y cortesía:
«Camarada», —le decía—,
«Celebremos política alianza»;
Y así fue: diéronse chanza,
Contratos y coimas, hasta que al fin
Cayó rendido Pachín
Rascándose con furia la panza.
«Compañero», —dijo el senador—,
«Debemos juntar caudales
Y asegurar los reales
Consignándolos al extranjero».
Busquemos paraísos fiscales
Desfalquemos Fisco y Estado.
Hubo al contar cierto yerro
Y grita y gresca se arma,
Hasta que el senador empuñó
A dos manos el garrote:
Zumba, cae, y el amigote
Medio muerto se tendió.
Con la fresca matinal
Pachín recobró el sentido
Y se halló manco, impedido,
Tuerto, hambriento y sin un peso.
Y en tanto que su rival
Va al Senado ladrando,
Con orejas agachadas
Y con el rabo entre piernas,
Pachín llora en voces tiernas
Todas sus canalladas.
Recoge su sombrerito Aguadeño,
Y bajo un sol que lo abrasa,
En su cuadra, monta olla de bazuco
Cae con aire altivo y cinismo.
«Confesó a la Fiscalía su gran delito
Y no purgarlo es menester»,
Dice a los fiscales; «han de ver
Que seré más malo que todo el Cartel,
¡Oh Colombia! dame palo
¡Pero dame qué mucho comer!»–––