Por: Alejandro Jiménez Schröder
El arte como herramienta de transformación social es cada día más imprescindible en un mundo que clama por valores y pilares que la sustenten. Los tiempos actuales corren con tanta velocidad que a veces es imposible ver los cambios que se van dando en la sociedad, y solo deteniéndonos y mirando al pasado, podemos encontrar luces para seguir el camino. En esta pausa, hemos tenido la grata oportunidad de entrevistar a Iván Rincón, director y fundador de la Fundación Rinconesarte Internacional para conocer sobre su trasegar en el mundo del arte, conocer su historia de vida, y su camino como gestor cultural, artista y promotor de arte.
FUNLAZULI: Cuéntanos ¿cómo empieza ese trasegar tuyo por el arte?
Iván Rincón: Iván Rincón: Es irónico porque yo no iba estudiar Artes. De hecho, tengo otra carrera que es ciencias naturales y educación ambiental. Entonces es muy bizarro, porque eso no estaba en mis planes. El tema sobre el arte si estuvo desde muy niño. Recuerdo que el primer dibujo que hice fue un carro y lo pinté todo de rojo, ¡llantas y todo! En ese entonces le daban a uno regla, pellizcos, calvazos «¡Porque las llantas son negras! ¡Porque el cielo no es amarillo, es azul!», pero el carro quedó muy bonito. Eso fue como en segundo o tercero de primaria. Entonces, siempre estuve inmerso en el tema artístico.
FUNLAZULI: ¿Te consideras un artista plástico?
Iván Rincón: ¡Yo no solo soy de la plástica!; yo he estado en oratoria, he sido declamador, he estado en teatros, en zanqueros, danzas. Todas las disciplinas. Hice parte de los talleres de la casa de la cultura desde muy niño. Dirigía obras de teatro en mi colegio, y siempre la vena artística me caracterizaba por eso. Estuve en la banda marcial, ¡estuve en muchas cosas! En ese entonces mi mamá me decía que estudiara bellas artes, pero yo le decía que no. ¡No quería! No me parecía que sólo por el hecho de que yo pintara tuviera que estudiar bellas artes, ¡Siempre quise ser profesor y estudiar Español y Literatura! Luego de graduarme en el colegio, entro al taller de maestro Orlando Guerrero*, directamente a su estudio, y estudié carboncillo durante un año. ¡Sólo luz y sombra, no más! La exploración del color la hice yo solo. De ahí me agarró mi maestro Alirio Barragán** quien me enseñó sin dejarme coger un lápiz. El motilaba el cabello en ese entonces.
Iba a su barbería y me sentaba… y comenzaba a hablarme. Me ponía piezas escultóricas en frente y yo no cogía ni un lápiz ni un pincel. En ese entonces salió la carrera de pedagogía en artes, y ahí pensé, vamos a hacer la carrera, le doy gusto a mi mamá y me doy gusto yo; y a la par, iba trabajando en la Casa de la Cultura de Fresno. Yo era el monitor de artes plásticas del Municipio. Recorría veredas con las maletas, con las pinturas y el resultado de ese trabajo es Rinconesarte.
FUNLAZULI: ¿De dónde proviene el nombre de la Fundación?
Iván Rincón: Del trabajo que se realizó con los niños del colegio de distintas veredas del pueblo; se hizo la primera muestra de pintura al aire libre. Nos tomamos todo el camellón principal del Fresno; y allí nació el proyecto Rinconesarte.
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FUNLAZULI: ¿Y cómo empiezas con la labor de gestión cultural?
Iván Rincón: Iván Rincón: En alguna ocasión, viendo convocatorias de exposiciones por Internet, salió una exposición; tocaba pagar 200 mil pesos para exponer un día. Y yo dije ¡hagamos el esfuerzo! Reuní la plata, participé y le saqué el provecho. Estando allí me puse a pensar: «Yo tuve que hacer un gran esfuerzo para participar. No es justo que, habiendo tanto talento, otras personas no puedan participar por no tener la posibilidad de pagar. Entonces ¿qué hacer para que los conozcan? Y ahí nació ese proyecto. En ese momento sólo era virtual, y comencé a ver en el Facebook que había grupos donde la gente compartía su obra y la ficha técnica, únicamente. Pensé que la cosa debía ser distinta. Comencé a compartir tutoriales, convocatorias, fotos de los artistas en el estudio.
“La Fundación Rinconesarte Internacional es una organización que, durante casi 10 años de trayectoria, propende por la promoción artística y cultural apoyando a los artistas a nivel nacional e internacional. Instalada en Bogotá y en Fresno, la fundación ha logrado recibir diferentes reconocimientos nacionales e internacionales por nuestra gestión y aporte a la cultura, aporte no solo en el campo artístico, sino también en la transformación social desde la labor de construcción de tejido y reconocimiento de derechos humanos.”
Iván Rincón
FUNLAZULI: ¿Y en ese momento el grupo que habías conformado era sólo para artistas de Colombia?
Iván Rincón: En ese momento empezaron a escribirme de España, de Italia, de la India y a publicar los contenidos en el grupo que yo había creado. Entonces, ya eso se estaba moviendo. Ahí me di cuenta de que ya no era un rincón del arte, era un “Taller y galería” con el sello para la promoción de la cultura. ¡Eso siempre lo tuve completamente claro! Yo no me podía comprometer con alguien a decirle «le voy a vender, le voy a comprar» Yo voy a mostrar lo que hace. Por dos años eso se movió así, cuando alguien me dice. «Eso es una Fundación. Usted nos apoya como artista, usted nos apoya como gestores» Y me metí eso en la cabeza, y fui directo hacer papeles y el registro.
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FUNLAZULI: ¿Qué ha sido lo más difícil en este proceso?
Iván Rincón: No es fácil, para nada fácil. Hay que pensar mucho. Hay que tener mucha constancia, mucha disciplina. Hay que establecer muy buenas relaciones. ¡Y no hablo del oportunismo de la relación personal con la otra persona! No, digo, de generar una confianza, una amistad, lazos bonitos a través de esto. Porque hay sesgos, hay recelo, hay una guerra de egos impresionante entre artistas, y eso no es oculto. La mayoría lo sabe; hay muchas envidias y todo eso.
Al principio, a mí me dieron en la cabeza muchas veces. Me robaron proyectos, me robaron ideas. Con el tiempo uno va aprendiendo también a manejar información sensible, a manejar cierta confidencialidad con los proyectos, a entender que, no a todo el mundo se le pueden contar ciertas cosas, a generar lazos de confianza con líderes, organizaciones y demás. Hay que saber cómo aprender y cómo orientar de los artistas y a los gestores de esas organizaciones. Es todo un proceso en el que todos los días se está aprendiendo. ¡Eso es constante! Y ser muy creativo, porque debes tener la cabeza maquinando 24×7 y apostarle a ser líder.
FUNLAZULI: Desde la labor de la Fundación en el campo de las artes ¿cómo vez el trabajo en cuanto a asociatividad?
Iván Rincón: Cuando ingresas a la Fundación tienes la posibilidad de dirigir tu proyecto y mostrar el trabajo. ¿Qué quiere decir eso? Tu eres el director del colectivo “Pepita”. Una cosa es tu trabajo como artista, y otra como líder artístico y cultural. Con tu colectivo vas a hacer una actividad, un proyecto; nos pasas la información y nosotros lo mostramos. En muchas partes no pasa eso, porque cada colectivo va por separado y cada uno mueve lo suyo.
FUNLAZULI: ¿Qué canción te identifica?
Iván Rincón: Hay una canción que siempre me hace llorar. Es la historia de la vida mía. Y yo no lloro de tristeza, lloro por todo ese proceso; se llama “El Provinciano”, de Olimpo Cárdenas. Describe como es mi historia, como salí del pueblo, como me despidieron… y con la ilusión siempre de volver.
“Ahora que conozco la ciudad de mis dorados sueños
Y veo realizada la ambición que en mi querer forje
Es cuando el desengaño de esta vida me entristece
Y añoro con dolor mi dulce hogar.”
FUNLAZULI: ¿Cómo entra Fresno en esta historia de tu vida, y de la Fundación Rinconesarte?
Iván Rincón: ¡Yo salí del pueblo, pero el pueblo no se fue de mí! Una de las condiciones obligadas para los artistas que vienen de otro país, cuando logramos traerlos a nuestros eventos, es que tienen que ir Freno. Es obligatorio, no es opcional. Se programa una visita para que conozcan una hacienda cafetera, que conozcan el pueblo, que las autoridades locales los conozcan, que aprendan del pueblo. La meta es, ha sido, y ya la estamos construyendo, que Fresno sea un escenario internacional para las artes; por eso estamos desarrollando la casa del artista. Esto es importante porque Fresno fue culturalmente muy rico hace muchos años, pero lamentablemente acabaron eso. Ahora estamos retomando la parte musical y la dancística.
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FUNLAZULI: ¿Qué nos puedes contar del proyecto “Casa del artista en Fresno”?
Iván Rincón: La idea es hacer una casa museo donde integremos a los artistas; donde los artistas puedan decir desde España: «quiero ir a pasar un mes», y en ese mes realicen talleres con niños, con adultos mayores. Es decir, no es venir a pasear, es venir a dejar un pedacito allá también. Y que la gente se dé cuenta que desde la independencia también es posible.
FUNLAZULI: Un mensaje para los lectores de Lapislázuli Periódico.
Iván Rincón: El artista, el gestor, todo el que haga arte, que se entienda desde el Ser, no desde el saber; porque saberes hay muchos, pero seres pocos. Si usted se entiende desde el ser va a descubrir muchas cosas: va a descubrir el amor, pasión, disciplina, constancia. Yo tuve un maestro que se llamó Fernando Núñez, cuando me preparé como profesor, él nos decía “Una cosa es el saber y otra el ser. El saber, cualquiera lo puede tener, pero el ser, no.” Y en la pedagogía se ve mucho, porque hay maestros que tienen el saber, pero no saben cómo enseñar. Y el que tiene el ser, es posible que no tenga doctorado ni maestría, pero le aseguro que va a ser el maestro que se le va quedar grabado toda la vida, como el excelente maestro, porque busca herramientas, porque genera confianza, porque genera lazos, porque se le ve el amor, la entrega y la pasión en lo que hace. Hay que aprender a ser, desde el Ser. El saber es importante, pero vivir todo desde la integralidad del ser: el cuerpo, la palabra, el pensamiento, las emociones, y de ahí para allá, lo demás es añadidura.
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* Orlando Guerrero nacido en Guaduas, Cundinamarca – Colombia, el 26 de diciembre de 1958. Estudia en la Escuela de Artes, en Bogotá; viaja a Europa en 1981; recorre Alemania, España, Francia. Deja allí algunas obras que pasan a colecciones privada; viaja a Cadaquéz a conocer a Dalí, con quien se siente muy identificado. Realiza talleres en su escuela de Figueras, luego viaja a Bilbao donde realiza talleres con varios pintores españoles. En 1983 realiza «Exposición de la Paz» en Bogotá. Participa en varios Salones Nacionales tratando el tema de la Paz; luego continúa una serie de muestras anuales en la capital donde vive por 14 años. En 1996 participa en una colectiva en el Museo Nacional en Bogotá con motivo de los 200 años de Policarpa Salavarrieta, con una creación sobre la Pola. Viaja por varias ciudades; pinta varios murales, como “Guaduas 440 años», «Petróleo, fuerza del progreso», «Milciades vive en Fresno», «El Café historia». En el parque de Fresno instala la escultura «La arriería y el cable»; realiza exposiciones en Ibagué, Líbano; lleva por varias ciudades su última obra «Los hilos de la Marioneta”. Profesor de artes; director del departamento de arte en la corporación CORAC en Fresno; y también en esta ciudad, director del Salón Bienal de Arte Germán Botero desde el año 1999. Su obra es marcadamente Surrealista. Se considera un soñador, pero con los pies en la tierra. En su obra, de amplia aceptación a nivel nacional e internacional, ha tratado la actualidad política, social y económica por la que pasa su país. Actualmente trabaja en diferentes personajes que hacen la historia, y lo que le espera a la humanidad.
** José Alirio Barragán. Artista colombiano que deconstruye a cada instante los elementos de su obra, para adicionar fragmentos de tiempo a su composición durante el proceso, partiendo de un tema plenamente identificado, que encuentra su fuerza en la luz descompuesta sobre formas que fluyen para recrear imaginarios identificables muy cercanos a proyecciones de nuestro mundo biodiverso.