Regresa a las tablas la obra de teatro La Caída de Las Águilas
Bogotá, lunes 5 de septiembre. Casa TEA (Teatro Estudio Alcaraván) vuelve este 8 de septiembre con su exitosa obra de teatro «La Caída de las Águilas» con la se ha venido consolidando como un grupo de teatro con una dramaturgia propia que sus integrantes han buscado, encontrado y terminado. El público amante del teatro, dentro del marco del proyecto de «Salas Concertadas, Casa TEA – Un Escenario Vivo» volverá a encontrar la realización e invención de narrativas nuevas y espacios absolutamente diversos en la creación e imaginación.
«Esta temporada Casa TEA inicia del 8 al 10 de septiembre y del 15 al 17 del mismo mes, donde vamos a celebrar 6 años de la obra “La Caída de Las Águilas” con más de doscientas funciones presentadas en escena ininterrumpida. Esta es una invitación a una fiesta teatral para mostrar nuestra sala con brazos, corazón y telón abiertos, más que nunca» invitó David Bojacá, actor de la obra.
La compañía ha evolucionado a partir de las potencialidades y virtudes de cada uno de sus integrantes a los niveles y lenguajes que confluyen en el universo teatral, donde un ejemplo muy particular y paradigmático es Paola Guarnizo, directora de la obra de teatro con la que ganó en el 2020 el Premio de Dramaturgia Femenina de IDARTES. «La Caída de las Águilas» es una conjunción de lo zoológico como imaginario, por la manera en que la artista percibe la violenta realidad del campo en Colombia, escribió el director de cine Lisandro Duque.
«El teatro es una herramienta fundamental para la construcción de memoria y paz en este país, puesto que se puede utilizar para hacerle un homenaje a las víctimas con la verdad metaforizada en el escenario. El teatro es una herramienta para la paz porque invita a una reflexión y a una introducción de los eventos más atroces que se han vivido en el país, y cómo ha tenido esto que atravesar la vida y la cultura de una Colombia que ha sido flagelada también por el olvido. El teatro va en contra del olvido, por eso es una dinámica de sanación y exorcización de los más absurdos dolores que se han propinado incluso desde el mismo Estado», dijo Paola Guarnizo, directora de la obra.
En aras de encontrar una voz propia, bajo la dirección de Álvaro Rodríguez, la agrupación de teatro inició su viaje artístico en 1997, gestando de este modo, espectáculos que se caracterizaban por tener un transversalidad social y una búsqueda por encontrar las preguntas importantes que definieron los caminos creativos a recorrer y que le dieron al grupo una presencia contundente en la escena nacional, donde se destacan piezas escénicas tales como: A Trazos, En Canto Absurdo, La Brújula, Contrafaz , Las Peregrinas, La Soledad De Los Nadies, La Caída de las Águilas y Salón Macramé.
“Para Casa Tea es bastante importante las circunstancias actuales y culturales que vive el país, puesto que para este proceso inventivo, tenemos que analizar y profundizar las circunstancias del país y los acontecimientos que allí suceden, que son las motivaciones fundamentales tanto para el grupo como para los grupos alternativos que están viniendo a presentarse a este espacio. Esto nos está llevando a descubrir la esencia y la historia real de nuestro país de qué manera buscar nuevos lenguajes artísticos, estéticos, para humanizar este país tan complicado y abrir caminos hacia todos los espectadores, artistas, músicos, teatreros, bailarines, a dar cuenta de nuestro país creando nuevos lenguajes” dijo Álvaro Rodríguez.
La cita es en la calle 19 # 4 – 71 local: 405, sede de Casa TEA. La temporada de La Caída de las Águilas será los días 8,9,10 y 15,16,17 de septiembre.
Reseña de la obra:
A través de las memorias de Ezequiel nos adentramos a La Curva del Silencio, un pueblo lleno de vida, color, folclor y tradición, acordonado por la premonición del horror, un pueblo avasallado por la violencia y por el olvido. Un pueblo en donde los victimarios también son víctimas de un sistema cruel que circunda las élites del territorio latinoamericano. La Caída de las Águilas es un viaje por la reflexión y por el duelo cuando se es parte de una guerra en donde el pueblo pone los muertos y se unta las manos con la sangre de sus hermanos, enriqueciendo al terrateniente y a esas fuerzas oscuras que tienen como única prioridad sus propios intereses.