El poeta, escritor, gestor cultural y director y fundador de la revista de poesía Luna de Locos y del Festival Internacional de Poesía de Pereira, Giovanny Gómez, falleció a sus 42 años este sábado en la capital de Risaralda debido a complicaciones por la covid-19.
Nació en 1979 en Bogotá, pero desde temprana edad vivió en Pereira. Con su primer libro Casa de Humo (2006), ganó el Premio Nacional de Poesía María Mercedes Carranza. Con el libro Lo invisible (2014) ganó el Premio de Escritores Pereiranos. Ambos han sido reeditados en México, Italia y España. En el 2017 con Rafaelli Editores y la traducción de Emilio Coco publicó en Italia la antología Parole chi sanno mordere nei sogni.
Participó en congresos y festivales literarios en Canadá, Francia, España, México, Costa Rica, Venezuela, Chile, Argentina, República Dominicana, Grecia y Colombia. Fue tallerista del Ministerio de Cultura como promotor cultural en la Cámara de Comercio de Pereira.
A continuación lea la entrevista que le realizó la periodista Gloria Luz Ángel, publicada en Papel Salmón en el 2006, cuando ganó el premio Premio Nacional de Poesía María Mercedes Carranza.
Giovanny Gómez y su Casa de humo.
‘Juan el poeta’ fue su seudónimo. A los 13 años de edad llegó a la Casa de Poesía Silva y a los 20 leía sus poemas allí. El libro es parte de su interior, las preguntas que se hace desde su asombro, su curiosidad. Exploración.
Gloria Luz Ángel – Papel Salmón
El director de la revista de poesía Luna de locos, Giovanny Gómez, de Pereira, quiso jugar su última carta. Envió su libro de 32 poemas, Casa de humo, al primer concurso Premio Nacional de Poesía 2006 María Mercedes Carranza, bajo el seudónimo (el libro) ‘Scripta Manent’ (lo que queda escrito), con la esperanza de que esta vez sí alguien se fijara en él y por fin se reconociera su trabajo de 10 años, casi la tercera parte de su vida, ya que cuenta apenas con 27 años de edad. Y la suerte le llegó. Por unanimidad fue seleccionado como el ganador bajo el seudónimo (ya sí de él) de ‘Juan el poeta’. Juan porque así se llama su hijo, su nombre es Giovanny (Juan en italiano) y porque el apóstol Juan es asociado a la sensibilidad, a la poesía.
No en vano cuando tenía 13 años y llegó a la Casa de Poesía Silva tiró una moneda en la fuente del patio donde está la cafetería. “Considero este lugar como sagrado porque llegué aquí a mis trece años como un simple espectador a tirar la moneda en la fuente a ver si la suerte me cambiaba, y a ver a los poetas personalmente, en vivo, quienes fueron muy generosos conmigo.” Esto ayudó para que la revista naciera. Además, a los 20 ya leía poesía en esta Casa.
El día de la entrega del Premio en la Biblioteca Museo Carlos Lleras Restrepo, en Bogotá, Giovanny Gómez estuvo con su hijo, su madre y su hermano, y después de recibirlo leyó algunos de sus poemas con palabras entrecortadas por la emoción. Los asistentes no dejaban de aplaudirlo, le admiraban su juventud, pero sobre todo la sensibilidad, la estructura y el mensaje de su poesía.
“Este premio no es un logro mio, sino una construcción de gente que por lo menos tuvo la atención para conmigo, es una manera de no olvidar que ellos estuvieron en ese momento. Lo tomo como una posibilidad de seguir siendo escritor, de ser parte del mundo literario.”
Una manera de ver su vida
Aunque quienes conocen su obra la califican de desencantada a él le parece curioso esa valoración, pero asegura que su desencanto puede ser porque se asomó al mundo demasiado joven y por haber tenido a su lado a hombres muy importantes cuya visión del mundo terminó siendo parte de la de él, hombres como Eduardo López Jaramillo, Rubén Darío Sierra, William Ospina y Robinson Quintero. Su cercanía le ayudó a madurar y a comprender muchas situaciones que en dentro de su juventud no tenía muy claras aún. “Me maduraron biche esas buenas compañías”. Pero también dice que dedicarse a la gestión cultural ayuda a ese desencanto.
A pesar de que se pueda pensar también que su poesía está llena de símbolos, Giovanny Gómez toma la simbología como una postura estética, un tono, una manera de decir, y no como paradigma de su obra. “El libro se ha dado de una manera natural, he procurado que así sea.”
Es una poesía que refleja su interior: “mi mundo es el que empieza a preguntar por mí, desde mi propio interior. La historia que pregunto es desde mi asombro, mi curiosidad y es en ese sentido una exploración a muchos deseos, sorpresas, temores que intento comprender. Los poemas son parte de esa búsqueda. La poesía para mí no es un género literario sino una manera de ver mi propia vida y asumirla.”
Se siente afortunado porque su revista no ha dejado de salir y sus páginas siempre han estado abiertas para sus poemas, pero también ha publicado en otros medios y realizado lecturas en otros países.
Empezó a leer poesía a los 12 años de edad y a escribirla, a los 10, “con una sensibilidad muy primaria y de lo que sucedía a mi alrededor”, pero fue a los 13 años que sintió que hacía cosas que intentaban ser un verdadero poema, no muy propio. A los 17 escribió Poema como cuerpo, el que considera uno de sus mejores poemas.
Giovanny Gómez recorrió de nuevo las instalaciones de la Casa de Poesía Silva y volvió a Pereira con la misma sencillez que lo caracteriza mientras “la bulla del corazón” (como él mismo lo dijo) iba pasando. Seguirá estudiando Literatura en la Universidad Tecnológica de Pereira, con la revista Luna de locos y con el cine club que maneja. Seguirá con la idea de crear un premio de poesía y de continuar con la gestión cultural así contribuya al desencanto.
MÁS DEVOLVER LA LUZ
ES ENTREGAR DE SOMBRA UNA TRISTE MITAD
Si el sueño está ligado al peso de la sangre
cada sueño se embriaga del lado donde reposa
del origen donde fluye más lento el aire
Si me duermo de un lado
orillas del mar vienen hasta los ojos
y se calla el viento húmedo
y están livianas las piedras
que vuelven insignificantes
tus pertenencias en el mundo
—
La visión puede ser el mareo
una corriente en la que llevando tu vida
se deshacen estas ansias jóvenes de dormir en cualquier lado
porque la sensatez es un barco que no atraca en ninguna parte
MAR DE LA OSCURIDAD
Puedes decir sin explicar cualquier cosa
sin embargo lo necesario
se vuelve un instante
cuando el caudal del río sube y hasta tu orilla
una piel caliente vuelve a preguntarse
si esta adivinación de acentos es la que rompe las ventanas
si este vacío asemeja el tamaño de cada alma
—
Nada camina ajeno
como si yo fuera los dedos de ese dios que enhebra ojos en su collar
como si yo fuera la furia esparciendo su humedad
sobre paredes de cal
—
Nada responde
en estas ruinas donde el viento
es rumor de un corazón apagado
donde la desnudez tropieza
sin cuerpo que reconozca un nombre
sin saber qué alimenta esas pieles que ya soñaba yo
como si fueran las vestiduras
los días que no habitarás nunca
Fuente: LA PATRIA