Después de su peregrinaje por tres de los grandes museos de París, Madrid y Lisboa, la custodia de la Iglesia de San Ignacio, más conocida como “La Lechuga”, considerada la joya barroca del arte colombiano, vuelve a Bogotá. Esta vez su regreso estará acompañado por la renovación de la Sala de Custodias del Museo de Arte Miguel Urrutia y la exhibición inédita de la custodia «La Bordadita», que permaneció en las bóvedas del Banco de la República durante 69 años.
La Sala de Custodias ya está abierta para el público y, a propósito de su renovación, la Subgerencia Cultural del Banco de la República preparó una programación especial que revisa la riqueza e historia de “La Lechuga”. Lo invitamos a visitarla y descubrir por qué el mundo entero se asombra con esta joya del arte neogranadino.
Horarios del Museo de Arte Miguel Urrutia:
Lunes a sábado 9:00 a. m. a 7:00 p. m. Último ingreso de público: 6:30 p. m.
Domingos y festivos: 10:00 a. m. a 5:00 p. m. Último ingreso de público: 4:30 p. m.
Cerrado los martes.
Embajadora del patrimonio cultural colombiano
«La Lechuga» es considerada una de las joyas religiosas más ricas y hermosas de Hispanoamérica, un ejemplo extraordinario de lo que sucedió con el Barroco durante la Colonia en América, tierra en que abundaban el oro y las esmeraldas, y en la que aún estaba viva la cultura indígena de los más destacados orfebres del continente.
Esta Custodia representa el diálogo entre múltiples saberes y culturas en torno a la orfebrería, “el metal con el cual está fabricada fue extraído por manos negras en los yacimientos auríferos neogranadinos, las esmeraldas –con seguridad– fueron obtenidas por los indígenas muiscas que habitaban las tierras andinas, las perlas barrocas fueron procedentes de las granjerías de las costas Caribe donde trabajaban a la vez indios y negros; y su fabricación estuvo a cargo de un orfebre español que, desde el viejo continente, llevaba a América el conocimiento del oficio de la platería”, explica Sigrid Castañeda, profesional de la Unidad de Artes y Otras Colecciones del Banco de la República.
Por más de dos siglos “La Lechuga” sobrevivió intacta a distintas situaciones: la expulsión de los Jesuitas, las guerras de Independencia y las manifestaciones del 9 de abril de 1948; y en 1985 el Banco de la República la adquirió como parte de su Colección de Arte y desde entonces se exhibe permanentemente en Bogotá.
Durante 2017 “La Lechuga” ostentó el título de embajadora del patrimonio cultural colombiano al ser exhibida en tres de los grandes Museos de Europa: El Museo El Prado de España, El Museo Nacional de Arte Antiguo de Portugal y el Louvre en París, donde fue visitada por más de 500.000 mil espectadores que pudieron apreciar sus más de mil setecientas piedras preciosas.
La nueva Sala: Barroco en tierra de orfebres
De nuevo en Bogotá, la custodia retornará a su exhibición gratuita y permanente con una Sala completamente renovada en el Museo de Arte Miguel Urrutia, que hará parte de Los primeros tiempos modernos, una curaduría del historiador Jaime Borja que revisa el arte Colonial neogranadino.
Durante el siglo XVIII la orfebrería producida en América alcanzó un alto nivel de elaboración. La mayoría de las piezas realizadas, durante este periodo, tenían un fin religioso y gracias a la riqueza del territorio colombiano fue posible la producción de numerosos objetos que estaban destinados a decorar los altares de iglesias y que aún hoy sorprenden por su belleza.
La nueva disposición museográfica está articulada por obras del periodo colonial que esbozan la religiosidad de la época y la importancia del oro, la plata y las piedras preciosas en el arte del siglo XVII y XVIII. Esta Sala estará integrada por la pintura la titulada «Coronación de la virgen», obra de origen peruano que cuenta con aplicaciones de laminilla de oro, y un crucifijo, talla quiteña del Siglo XVIII que cuenta con apliques en plata.
Igualmente, en esta Sala los visitantes podrán apreciar “La Clarisa”, custodia colonial que perteneció a las monjas Clarisas de Tunja y fue repatriada por el Banco de la República en 1987 tras salir clandestinamente del país, y la exhibición inédita de ´La Bordadita´, custodia elaborada durante el siglo XIX y que desde el 9 de abril de 1948 estuvo guardada en las bóvedas del Banco.
«La Bordadita», la Custodia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario
Esta custodia, fabricada en plata y oro, está adornada con 76 esmeraldas y 47 amatistas distribuidas a lo largo de toda la pieza y fue elaborada durante el siglo XIX. Actualmente pertenece a la Universidad del Rosario y fue entregada en comodato para su restauración y preservación al Banco de la República, que la pondrá en exhibición por primera vez.
Los apliques de «La Bordadita» representan diversos motivos relacionados con la Eucaristía, son decoraciones propias del neoclasicismo que, en oposición al Barroco, resaltaba el gusto por la sencillez sobre lo decorativo. En los inventarios del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario la custodia aparece por primera vez reseñada el 1 de enero de 1859 y se presume que fue entregada en pago por un préstamo de $2660 pesos realizado al Monasterio de Santa Clara, como figura en los libros de cuentas con fecha del 13 de noviembre de 1845.
Desde mediados del siglo XIX, esta pieza permaneció en la iglesia del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Bogotá, hasta el 9 de abril de 1948 cuando, debido a los sucesos ocurridos en la ciudad, se propuso guardarla en las bóvedas del Banco de la República, donde estuvo protegida por 69 años.