
En un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, las narrativas transmedia han emergido como una de las formas más fascinantes y complejas de contar historias. A lo largo de los siglos, la manera en que los seres humanos comunican relatos ha evolucionado significativamente, desde los antiguos mitos orales hasta los relatos cinematográficos de la actualidad. Sin embargo, la llegada de Internet y el auge de las plataformas digitales han transformado profundamente las formas en que consumimos historias. Las narrativas transmedia, que se desarrollan a través de múltiples plataformas y formatos, representan una de las expresiones más innovadoras de este cambio.
Pero ¿Qué es el storytelling?
Se trata de una expresión anglosajona, que se desglosa en dos palabras: historia (story) y contar (telling). Se podría describir como una narrativa atrapante de sucesos, con un mensaje final que deja un aprendizaje o concepto. Los expertos en el tema afirman que saber cómo contar historias es todo un arte. El objetivo es lograr una mayor audiencia, es decir más vistas y reproducciones, pero también causar un efecto en las personas que escuchan, ven o leen.
Está técnica para transmitir mensajes, que no es algo reciente ya que la capacidad de contar historias viene de las prácticas más antiguas, es realizada por redactores y guionistas como una forma completamente más efectiva que el simplemente decir o contar. Porque con la idea o mensaje a comunicar, se busca transformar la vida de las personas. Quienes la aplican son llamados «profesionales de la emoción», por el alto grado de eficiencia y compromiso, o vínculo afectivo-emocional, que genera en las personas que reciben el contenido. Por ejemplo, es muy valorado a la hora de construir una relación entre valores y marcas.
¿Cómo las historias se cuentan hoy?
La escritura tradicional vs. la escritura digital
Múltiples plataformas y formatos
En sus formas más tradicionales, las historias se limitaban generalmente a un solo formato y medio. Los cuentos se narraban de manera oral, los libros de texto se escribían con tinta y papel, y las películas se proyectaban en una pantalla de cine. Los narradores de antaño, como los cuentacuentos o los novelistas, poseían el control casi absoluto sobre la manera en que la historia se desarrollaba y llegaba al público.
Las plataformas digitales han introducido un cambio fundamental. El relato digital se ha diversificado en una serie de soportes interconectados: blogs, videos en plataformas como YouTube, redes sociales como Instagram o Twitter, videojuegos, aplicaciones móviles y series web. Los creadores de contenido ya no solo escriben o filman; ahora interactúan con el público en tiempo real, pueden recibir retroalimentación instantánea y adaptar la narrativa según la respuesta de los usuarios. Esta interactividad ha dado lugar a una forma más dinámica y flexible de contar historias, caracterizada por su dispersión a través de múltiples medios.
Los primeros ejemplos de narrativa digital
Para entender cómo hemos llegado a las narrativas transmedia modernas, es importante explorar la evolución de las historias digitales desde sus inicios. A principios del siglo XXI, la forma digital de storytelling comenzó a tomar forma a través de los primeros blogs y comunidades virtuales. Algunos de los primeros intentos de contar historias digitales se vieron en plataformas como LiveJournal o MySpace, donde los usuarios comenzaban a compartir relatos en línea de forma interactiva, abriendo la puerta a nuevos formatos narrativos.
Sin embargo, uno de los ejemplos más representativos de esta transición fue el fenómeno de las webseries a principios de los 2000. Producciones como Lonelygirl15 (2006), una serie web que se presentó como un vlog de una joven llamada Bree, marcaron una pauta importante en el storytelling digital. El misterio de la historia, combinada con la interacción de los fans, permitió a los creadores expandir la narrativa más allá del episodio típico de 5 minutos en YouTube. Los fanáticos comenzaron a investigar y especular sobre los personajes, lo que a su vez llevó a los creadores a responder a estas especulaciones dentro del mismo formato de la serie.
A través de ejemplos como Lonelygirl15, los creadores comenzaron a experimentar con narrativas no lineales, donde los personajes no solo existían en la pantalla, sino que se expandían a través de redes sociales, foros y videos, creando una experiencia de inmersión completa para los seguidores. Esta experimentación fue solo el principio de una mayor integración de las narrativas transmedia en la cultura digital.
Las narrativas transmedia y la expansión de las historias
A medida que la tecnología avanzaba, las narrativas transmedia se convirtieron en una herramienta cada vez más poderosa para los creadores de contenido. En términos sencillos, el transmedia hace referencia a la técnica de contar una historia a través de múltiples plataformas, donde cada medio ofrece un componente único que enriquece la narrativa global. En lugar de repetir la misma historia en diferentes formatos, la narrativa transmedia permite que cada plataforma aporte algo distinto, ampliando la historia en maneras que solo pueden ser comprendidas completamente al experimentar varios de estos formatos.
Un ejemplo icónico de este tipo de narrativas es The Matrix, cuyo universo se expandió más allá de las tres películas originales hacia cómics, videojuegos y cortometrajes. Esta expansión permitió a los fanáticos explorar detalles de la historia que no se abordan en las películas, pero que eran esenciales para comprender la totalidad del mundo de The Matrix. Aquí, cada elemento narrativo funcionaba de manera autónoma, pero al mismo tiempo se complementaba con el resto de los medios, brindando una experiencia más profunda para los seguidores.
Otro ejemplo notable es Star Wars, que ha sabido aprovechar el potencial de las narrativas transmedia durante décadas. Desde los primeros largometrajes, hasta series como The Mandalorian, pasando por videojuegos, libros, cómics y animaciones, Star Wars ha transformado su universo en una experiencia que abarca diversos tipos de medios. Los relatos contados a través de estos diferentes canales no solo amplían el universo, sino que también permiten a los fanáticos tener una experiencia más rica y multifacética.
La narrativa transmedia en la era de las redes sociales y las plataformas interactivas
A medida que las redes sociales ganaron terreno, las narrativas transmedia encontraron un campo fértil en plataformas como Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y YouTube. Hoy, las historias no solo se cuentan a través de contenidos producidos por grandes estudios o empresas, sino que cualquier usuario con una cámara y una idea puede crear una narrativa transmedia que se extienda a través de diferentes plataformas. Esta democratización de la narración ha dado lugar a una amplia variedad de proyectos y formatos de storytelling.
Uno de los ejemplos más recientes y fascinantes de cómo la narrativa transmedia puede desplegarse en el mundo digital es el caso de la serie Black Mirror y sus experiencias interactivas. Con Bandersnatch (2018), una película interactiva, los espectadores pudieron elegir el rumbo de la historia, algo que es posible gracias a la interactividad que proporciona la tecnología digital. A través de plataformas como Netflix, la serie ofreció una experiencia donde los espectadores decidían qué pasaba con el protagonista, eligiendo las opciones que afectaban directamente el desarrollo y final de la historia.
Este tipo de narrativas es una muestra clara de cómo las plataformas digitales permiten nuevas formas de interacción entre los creadores y el público. Los usuarios no son solo consumidores pasivos; ahora son parte activa de la creación de la historia. Las decisiones que toman en un contexto interactivo pueden alterar completamente la narrativa, haciéndola más personal y relevante.
La convergencia de medios y el futuro del storytelling
A medida que la tecnología sigue evolucionando, el storytelling transmedia se sigue expandiendo y evolucionando. Con la llegada de la realidad aumentada (AR) y la realidad virtual (VR), las historias se están volviendo cada vez más inmersivas. Plataformas como Oculus Rift y HoloLens permiten a los usuarios entrar literalmente en las historias, haciendo de la narrativa una experiencia que combina el entretenimiento con la interacción física y emocional. Juegos como Pokémon Go y experiencias de VR como The Walking Dead: Saints & Sinners están empujando los límites de lo que entendemos por narración.
Además, la inteligencia artificial (IA) y la creación de contenidos generados por algoritmos prometen llevar las narrativas transmedia a nuevas alturas. La IA podría ayudar a crear experiencias más personalizadas, donde los relatos cambien y evolucionen de acuerdo con las decisiones del espectador, ofreciendo una narrativa que se adapta a sus gustos y comportamientos en tiempo real.
En conclusión, las narrativas transmedia representan una evolución fascinante del storytelling, un proceso continuo de adaptación a las nuevas tecnologías y plataformas digitales. Desde los primeros intentos de contar historias a través de blogs y webseries, hasta las experiencias interactivas y de realidad virtual que existen hoy en día, las historias nunca han estado tan conectadas y dispersas a través de diferentes medios. En un futuro no tan lejano, las historias probablemente serán aún más inmersivas, personalizadas e interactivas, rompiendo las barreras entre el autor, el espectador y la historia misma.