Lapislázuli: Leda, ¿Cómo te defines? ¿Quién es Leda García?
L. G.: Una mujer que persigue sueños y los alcanza.
Lapislázuli: Has recibido varios premios y distinciones en tu carrera literaria ¿Qué representan esos reconocimientos?
L. G.: La confirmación de que mi pluma va madurando.

Lapislázuli: Leda, cuéntanos un poco acerca de tu poesía. ¿Cuáles obras has escrito?
Sobre mis obras éditas: He publicado (impresos y digitales) Voces de Olvido, Conmigo al Desnudo, Poemas Inevitables, Elogio de la Costumbre, Poemas Sonámbulos, Cantos de Piedra y Pétalo, Poemas para Leer sobre una Cama Desierta, Poemas Infieles, Ojos Darianos, Poemas de Agua y Pena.
Fuga y silencio, La mujer del paisaje, Cuentos para arrullar estrellas, Mi vida en cartas, Poemas Nómadas y Poemas locos que andan sueltos, esperan ser publicados en cualquier momento.

Lapislázuli: ¿Te sientes realizada como escritora? o ¿qué te falta para lograrlo?
L. G.: Me siento realizada como mujer, como profesional, pero aún trabajo en el día a día para escribir ese poema inolvidable. Amo los libros que parí, hijos prematuros pero necesarios, ahora quiero nietos y crecer con ellos desde adentro como un poema más. Quizás entonces me sienta plena, quizás.

Lapislázuli: ¿Qué es la poesía erótica? ¿Qué es la intimidad de mujer en tu obra?
L. G.: La poesía erótica es el lenguaje de los cuerpos que a través del deseo magnifican la palabra siempre sugerente y mágica. Desde ella somos LAS SIN MIEDO, mujeres despojadas de dobles discursos que gozan la sexualidad y la describen utilizando voces propias, dignas, necesarias. Las sabrosuras del sexo y sus andanzas por la piel son nuestro objetivo.

Lapislázuli: ¿Es la poesía erótica exclusiva para adultos, o se construye igualmente para adolescentes?
L. G.: La poesía erótica no sabe de tiempos ni de sexos, cada quien la conjuga según su preferencia y no debe considerársela por ello como POESIA PROHIBIDA. Hablamos de erotismo, no de pornografía. Jóvenes de cualquier edad pueden y deben tener acceso a ella para que enfrenten su sexualidad sin que la morbo domine sus instintos naturales. La morbo conduce al uso de los bajos instintos, el erotismo al buen amor.

Lapislázuli: ¿Qué forma tiene el cuerpo de la mujer? ¿Qué hay más allá de la forma?
L. G.: La que el hombre o la mujer quieran percibir. Detesto los estereotipos que venden la delgadez como prototipo único de belleza física, qué haríamos las gruesitas si no existieran hombres que nos prefieran así, hermosotas? Y después de ese clic inicial que es tan efímero, quedan la inteligencia y la ternura para amarrar el deseo imprescindible.

Lapislázuli: Acerca de la lucha de género? ¿Sientes que te vinculas en esta temática?
Soy mujer,
en mi fruto sediento hay golondrinas
que desatan mi piel y la liberan
mientras mis manos tejen la osadía...
Dice uno de mis poemas recientes.

Ese "ser mujer" involucra necesariamente luchas para recuperar los espacios perdidos, pero no nos llamemos a error, nosotras inventamos, creamos y educamos "al macho" que tanto censuramos. Lo empoderamos y permitimos que la dependencia económica y social nos gane la partida.
Mis triunfos son producto de mi esfuerzo y capacidad, mis fracasos no existen, mis experiencias negativas me enseñaron otros caminos y no compito porque supero (risas )
Sin embargo, esto no basta para superar a otra u otro porque enfrentamos un pulso de poder; desde esa perspectiva, se alzará con el trofeo el o la que logre más apoyo político o económico. Creo que muchos movimientos que luchan por reivindicar los derechos de las mujeres están debidamente justificados (ojo: dije "muchos", no "todos") porque aún existe la mujer sombra, la mujer paragua, la mujer esclava, la mujer discriminada y hay que abolir esos conceptos patriarcales para abrir espacios en los que la igualdad legítima sea quien reine.

Lapislázuli: ¿Qué es lo que más te gusta hacer para “vivir la vida intensamente”?
L. G.: Viajar, descubrir en otras gentes y otros paisajes que soñamos lo mismo, que amamos igual y desamamos, que nuestras luchas en favor de los derechos de las personas son las mismas. Que hacer solo aquello que me ofrezca ternura, osadía, aventura y poesía, es lo que más me acerca al goce total.

Lapislázuli: ¿Cuál es la mejor etapa de la vida?
L. G.: Todas las etapas son buenas y han valido la pena, pero confieso que esto de envejecer no me fascina. Me recuerdo afirmando en mis espacios radiofónicos y televisivos que "-había que envejecer con dignidad.-" y juro por mi honor que no hay dignidad en los olvidos.