Somos tan normales, tan frágiles, tan comunes y corrientes. Brillantes son las estrellas que emiten toda su luz sin nada ocultar, sólo esperan de júbilo estallar. Geniales los animales en la perfección de su instinto, en la sensibilidad de sus sentidos que nada dejan escapar. Poderosos los rayos en la fuerza del trueno y la rapidez de su descarga hasta el cielo iluminar. Sabios los árboles que se aferran a la tierra y pacientes en la espera florecerán.
Apasionadas las brasas que encienden el fuego venciendo el frío, dominando la oscuridad. Leal es el aire que circula llevando la música y las palabras que conservan la verdad. Noble es la tierra que aunque maltratada siempre alimentará. Justo es el agua que circula para todos y nuestra sed saciará. Creyente la luna que a pesar de las tinieblas la penumbra dominará. Glorioso el sol que los astros adoran y a su alrededor orbitarán.
Libres son las aves que migran todo el tiempo buscando felicidad. Valientes las montañas que se atreven las alturas desafiar. Solidarios los insectos que por otros su vida sacrificarán. Sensibles las rosas que según sean tratadas con espinas o pétalos responderán. Perseverante es la lluvia que en el crepúsculo cae pero al amanecer se levantará. Amigables son los peces infinitamente diversos interactuando en comunidad. Tolerantes las piedras que ante el mínimo roce se agruparán. Creativas las nubes que nunca se cansan de figuras inventar; honestos los colores que se combinan y nunca otro fulgor robarán. Bondadoso es el arco iris que entre la luz y agua su belleza repartirá.
Todo es tan maravilloso, tan grande y nosotros tan humanos.