Lapislázuli Periódico rinde homenaje a David Sánchez Juliao, profesor, escritor y periodista colombiano nacido en Lorica, departamento de Córdoba, quien falleció en Bogotá el pasado 9 de febrero, luego de una vida prodigiosa en escritura y narraciones orales. Con formación en literatura, comunicaciones y sociología, fue varias veces Premio Nacional de Cuento, Premio Nacional de Novela, Premio Nacional de Literatura 2003 por Vida y Obra, Premio Internacional Dulcinea 2000 de la Asociación Cervantina de Barcelona. Su obra ha sido difundida en doce idiomas. Sus historias grabadas han sido galardonadas con 5 Disco de Platino Sonolux y Disco de Oro; las adaptaciones de sus obras para cine y televisión han merecido 17 Premios India Catalina en el Festival de Cine de Cartagena. Profesor invitado en universidades de Norte y Sur América, Europa, Asia, áfrica y Oceanía. Fue embajador de Colombia en la India y en Egipto, países en los que, mientras ejercía sus funciones diplomáticas, se desempeñaba como profesor universitario ad honorem. De su autoría hay novelas, cuentos, fábulas, historias para niños, y testimonios escritos y grabados de viva voz -https://www.davidsanchezjuliao.com/-. Se dice que fue el primero en el mundo en publicar los ahora llamados audiolibro. Oi hablar de Sánchez Juliao por primera vez en los años setenta en las calles de Bogotá, donde jóvenes costeños nos reuníamos alrededor del sonido de la grabadora a disfrutar de las historias de gente de nuestro pueblo, gente sin futuro por su escasa escolaridad, en historias contadas por el propio autor a través de personajes como El Flecha -http://dounsound.com/el-flecha/-, El Pachanga, y Abraham Al Humor; protagonistas de sus obras literarias llevadas a sonido, en encuentros donde compartíamos el acto ceremonial de las carcajadas, asimilábamos los mensajes contra la pobreza, la marginalidad y la inequidad, y reafirmábamos nuestra cultura Caribe en la fría capital colombiana de esa época. Al preguntársele sobre la narración de El Flecha y su precisión idiomática, aseguraba que “… él no habla costeño, como tampoco habla español; habla su propia lengua, se habla a sí mismo, se expresa en un lenguaje creación de él y de su clase, pues tanto él como su clase sienten que el lenguaje de las academias y de las altas esferas, el llamado “buen hablar”, no tiene palabras para expresar la complejidad del alma mestiza. Dice que en El Flecha, su magia es su labia, él acude a ese lenguaje de su propia invención para expresarse mejor y con mayor precisión, y en su propio lenguaje se define como “boxeador de profesión y bacán de fracaso”. Como docente, el mensaje que deja a los estudiantes, es “…Que sean lo que son, caribes y latinoamericanos, que se sientan orgullosos de eso, de ser lo que son, y que traten de ser felices siéndolo. Que no caigan en la trampa de ceder ante esa ley del consumismo y la alienación… Mucho cuidado. La clave de la felicidad y del éxito tiene que ver con sentir orgullo de pertenencia y, en este caso, de pertenencia Caribe.” Para Lapislázuli, hacer un homenaje a David Sánchez Juliao es un reconocimiento a su valor de escudriñar la cultura popular, la de la gente de la calle, la expresión del ambiente en palabras, y con él, también rendimos homenaje a los miles de promotores culturales, escritores de la tierra, que aunque desconocidos en los amplios círculos, viven su cotidianidad en el aporte a la reafirmación cultural en el día a día, en la difusión del vivir, del pensar, del actuar de la gente del pueblo, en mostrar su esencia como lo más valioso del ser humano.